Hoy he leído con estupor en el País Negocios (de 22 de enero) que existen biberones «inteligentes», que «no interfieren en la lactancia», porque imitan la anatomía de la madre, a través de diferentes opciones de forma, tamaño de los pechos, pezón y el flujo de la leche.
Qué pena he sentido al leer esto, cuando el bebé es quien, a través de conocer perfectamente el pecho de su madre, provoca un determinado flujo de la leche, tanto en en cantidad como en calidad, véase densidad, proporción de nutrientes, etc. según sus propias necesidades.
No es que la madre «sea así», sino que la lactancia es una relación a dos, en la que el bebé aprende a conocer a la perfección los pechos de su madre. Su conocimiento llega a ser tan profundo que puede dominar incluso el comportamiento de los diferentes alvéolos de las glándulas de la madre; es decir, en qué zonas los pechos producen más y dónde menos, y qué calidad de leche producirá estimulando aquí o allá según sus necesidades. Así, el bebé decide dónde y cómo quiere mamar, incluso cuánto rato hacerlo, porque el tiempo en la toma cambia las cualidades de la leche.
Por favor, no engañen a las madres con estas falsas publicidades, porque estos biberones, como cualquier otro de cualquier marca –incluidos los que dicen que son «iguales que el pecho materno»–, están incumpliendo el código de comercialización de sucedáneos de leche materna. Créanme: por algo se creó el código. No hay tetinas vivas que se puedan comprar.
Mucho mejor que un biberón que se parece sólo a vista de cualquier adulto al pecho de la madre (y que ni huele a mamá ni se estimula por zonas ni por tiempos), es, por ejemplo, el uso de un relactador (una sonda que va a parar al pezón del que sale la leche que se suplementa, sea la materna extraída o la artificial), o cualquier otro sistema que permita al bebé estimular al tiempo que seguir aprendiendo a mamar mejor del pecho de su madre. Incluso el uso de vasitos (que vienen con cualquier jarabe) o cucharitas son una gran opción.
Llevo apoyando a más de 16.500 madres desde hace 24 años en una asociación internacional pro lactancia materna. Y si lo sigo haciendo es porque día a día sigo observando su empoderamiento a través de la lactancia materna. Gracias a ella se sienten necesarias, únicas, conocen a la perfección sus pechos, cómo funcionan, cómo estimularlos, incluso cómo extraer la leche con sus propias manos observando las zonas de su cuerpo en que más producen leche, y desarrollando habilidades relacionales amorosas y respetuosas hacia sus bebés, los adultos de mañana.
No hacen falta más tetinas «que quieren parecerse» al pecho inigualable, amoroso y oloroso de una madre, porque eso es imposible. La lactancia es alimentación, defensas, estimulación de todos los sentidos humanos; especialmente es creadora de relación, seguridad y confort.
Aquest mes de febrer, entremig de Nadal i Setmana Santa, t’oferim un retir de cap de setmana a Mas La Comademont, a prop d’Olot.
Aquesta és la proposta:
Fin de semana de Yoga y Comunicación El fin de semana del 11 al 12 de febrero organizamos un intensivo para profundizar aspectos sobre la filosofía y la práctica de Yoga, así como técnicas de comunicación y crecimiento personal, dentro de un entorno natural espectacular. La actividad está dirigida a personas de cualquier edad y condición física, con o sin experiencia en Yoga. Programa Sábado 11 de Febrero · 9.00 Llegada a Mas La Comademont · 10:00 ¿Nos conocemos? · 11.00 Maha Sadhana de Yoga (clase completa con pranayama, posturas, meditación · 12.30h La filosofía y la práctica yoga post Covid (dudas y preguntas) · 14:00 Comida y descanso · 17:00 Comunicación y Yoga. Efectos sobre vida y la salud. (Práctica de yoga suave y meditativa) · 20:00 Cena y conversación libre · 21.30: Relax: Yoga Nidra con cuencos tibetanos para un buen descanso Domingo 12 de febrero · 07:30 Pierde el miedo a meditar · 8.30 Clase energética de Chi Kung · 10:00 Desayuno · 11:30 Clase de Hatha Vinyasa Yoga · 12:30 Paseo meditativo por la naturaleza · 14:00 Comida y descanso · 16:00 Resumen, dinámica de comunicación y despedida · 17.00 Fin del Intensivo Más información · Marian: 655375459 · Eva: 655758005
La muerte de mi padre hizo que me replanteara muchas cosas y priorizara tener tiempo para estar conmigo misma, con mi familia y en la naturaleza para poder ofrecer lo mejor de mí.
En esta nueva temporada habrá más cursos, talleres y retiros. Te apetece acompañarnos?
Esta última ceremonia de los Oscar ha dejado claro que si se utilizara más ahimsa, el primer precepto de Yama (que a su vez es el primero de los 8 pasos del Yoga), el mundo sería diferente.
Ahora os explicaré por qué, pero primero me gustaría explicar qué pasó.
Desde hace unos años, las personas que se dedican a hacer reír lo hacen a partir de pseudo-chistes que critican a otras personas, y eso provoca risa. Pero, qué tipo de risa provoca? Es una risa fácil, poco respetuosa, que cuando alguien se ríe por ese tipo de chistes necesita mirar a los demás y buscar complicidad. Porque por sí solos no se ríen. Si se quedan solos en esa risa, se acabó la risa. Sólo es una complicidad a través de un lenguaje común de desprestigio, de creerse superiores a los demás, de no respetar las diferencias entre las personas. Como habría dicho Marshall Rosenberg, creador de la Comunicación No Violenta, lo que pasó es que se usó el «lenguaje chacal», versus el «lenguaje jirafa» (la jirafa es el mamífero terrestre que tiene el corazón más grande).
Este año volvió a suceder, y ese tipo de «lenguaje chacal» se ha trasladado, por la influencia de Hollywood, también, a otros tipos de ceremonias como los Goya y demás espectáculos. Se supone que esa «gracietas» se ponen en el guión para distraer al público entre premio y premio. ¿Realmente necesitan distraer al personal con chistes irrespetuosos añadiendo tiempo a la gala y a la vez no hay espacio para dar en directo premios tan importantes como mejor montaje, mejor maquillaje y peluquería, mejor diseño de producción, mejor sonido, mejor corto de ficción, mejor corto de animación, mejor corto documental y mejor banda sonora? Sea como sea, el objetivo era crecer en público, y vaya si lo han conseguido. La audiencia, el share, aumentó. La pregunta es: ¿vale la pena?
Pero volvamos a lo que pasó.
En esa misma gala, la actriz Amy Schumer criticó que Leonardo di Caprio tuviera novias jóvenes. Por qué? Para qué? Eso hace reír? A quién le hace gracia? Si todos vamos buscando cosas que no nos gustan, las encontraremos. Pero tenemos que hacer bromas fáciles con eso? Además, no todo el mundo estará de acuerdo con que le guste una cosa u otra al/la cómico/a de turno. Realmente hacer humor es difícil. Porque hacerlo así es fácil. Y grosero. En este caso, seguro que Amy Schumer podía haber hecho otro tipo de bromas.
Pero la escena del día fue cuando Chris Rock habló del peinado de la mujer de Will Smith. Podemos mirar las imágenes una y otra vez. Chris Rock venía de hacer otra broma sin ninguna gracia hacia Javier Bardem y Penélope Cruz, en la que el lenguaje corporal de ella dejaba claro (al mover la cabeza de lado a lado) que la broma no tenía ninguna gracia, y Bardem hizo una respuesta rápida dando por buena la broma. Cuando llegó el momento del «chiste» de la mujer de Will Smith, habló con el cuerpo rígido y la mueca de la boca se le fue ladeando cada vez más, se le congelaron las mejillas, abrió los brazos de manera automática y dura, completamente tieso, su sonrisa se abrió de oreja a oreja porque tenía que hacerlo, las narices se le abrieron como necesitando aire, y su mirada buscaba complicidad en el público, mientras se iba acercando Will Smith. No se había sentido bien con esa broma, estaba claro. Pero estaba en el guión, allí fue. Le había tocado estar en la ceremonia de los Oscar, eso era un privilegio y un nuevo éxito en su currículum. Y lo soltó. Pero no fue gratis.
Esa fue la parte del cómico. Pero vamos a los afectados. En el momento de la «broma», Will Smith se rio echando su cuerpo para atrás cerrando su cuerpo con las piernas cruzadas, mirando hacia el cómico, como intentando seguir la broma «porque tocaba». No podía buscar complicidad en nadie, y menos en nadie que tuviera cerca.
La parte de la mujer de Will Smith fue clarísima. Ella miró hacia el cielo como pidiendo a Dios: «ayúdame, porque me ha tocado a mí la broma pesada irrespetuosa».
No he visto ninguna imagen de cómo interactuaron Will Smith y su Jada Pinkett-Smith, pero algo tuvo que pasar cuando ellos debieron darse cuenta de que estaban tomando opciones muy diferentes. Y ahí fue cuando el pater familias subió al escenario «en defensa de su familia».
La bofetada fue de lo que todo el mundo habló ese día y unos cuantos más, criticando la bromita y a Will Smith por violento, él mismo pidió perdón, cuando él se dio cuenta –después de la bofetada– que lo más elegante habría sido irse de la gala, o, en su discurso, hacer una alusión a las bromas pesadas de las que su mujer fue objeto, y ya está. Si no hubiera ganado el Oscar (aunque parecía que estaba cantado), podría haberlo hecho en la prensa al día siguiente, por ejemplo.
Quién tuvo la culpa?
Will Smith por violento? Chris Rock por hacer ese tipo de broma? Los Oscar por poner a esos guionistas y «cómicos» a hacer bromitas que faltan el respeto a la gente?
Seguramente todos. Por usar todos ellos «lenguaje chacal»; porque el «chacal» es un lenguaje de código compartido desde la infancia, que utilizamos criticando a las demás personas, buscando tener razón y creyéndonos con el derecho de manejar la realidad a antojo de nuestro poder. Y entonces pegar. Pegar duro con la palabra, con la mano, con armas o con bombas.
El primer Yama de todos es AHIMSA
Ahimsa se suele traducir como no violencia. Sri Andrei Ram dice que no es realmente «no violencia», sino «tener cuidado con la violencia, ejercer la menor fricción posible. Ahimsa es «no fricción». Cuando ejercemos ahimsa hacia los demás y hacia nosotros mismos como seres humanos, por sí solos empezamos a movernos en un mundo más respetuoso, con menos violencia, con más amor. Puedes leer más sobre Ahimsa, los Yamas y los Niyamas en el artículo sobre Yamas y Niyamas, la ética del yoga.
Imaginaos qué habría pasado si Chris Rock hubiera hablado con respeto y cariño, con bromas dulces y cariñosas (con un poco más de rato en la ideación del guión), y con tiempo para que todas las categorías fueran premiadas.
Seguramente se habría hablado más de los premios y menos de la bofetada. Eso sí, es posible que hubiera tenido un poco menos de share? Ay, el share!
Una de las cosas que más me gustan de Louise Hay es que habla constantemente de que podemos elegir nuestros pensamientos. Lo mismo decía Swami Sivananda y tantos otros sabios.
Al principio nos puede sonar extraño pero poco a poco vamos trabajándolo y decidiendo qué es lo que queremos pensar de esta manera nuestra mente se vuelve más limpia, así como en nuestro cuerpo, lo observamos en nuestras palabras y acciones, en las pequeñas cosas del día a día y, finalmente, en toda nuestra vida.
Elige. Tienes más libertad de la que piensas, si practicas. Quieres practicar? Si crees que puedo ayudarte contacta conmigo
Cuando era pequeña, mi abuelita Luci me decía que siempre había que decir la verdad excepto para las mentiras piadosas.
Yo no entendía demasiado bien qué significaba eso, pero de alguna manera, entendía que las mentiras piadosas se decían para no hacer daño a la otra persona, y de alguna manera quien las decía estaba en un estatus superior de conocimiento, sabía lo que la otra persona pensaba o sentía, era condescendiente, y daba una información sesgada para no herir.
Hoy en día ya no creo en los estatus superiores, y entiendo más de complicidades, de beneficios pagados en dosis de felicidad, de que hay momentos y momentos para observar y decir las cosas. Porque no hay engaños si se dicen las cosas cuando hay que decirlas, y decirlas bien.
Hay cosas maravillosas como mantener la ilusión, que crean complicidad entre las personas, sean de la edad que sean.
Y esta carta para el ratoncito Pérez es felicidad en estado puro. Complicidad a tres bandas, incluidos nosotr@s l@s lector@s.
Una maestra cómplice, amorosa, que dedica parte de su tiempo a redactar esta maravillosa carta sabiendo que con ella trae felicidad a progenitores y alumna, y que pronto verá su esfuerzo compensado con mejor rendimiento escolar, tanto porque la alumna confiará más en ella y querrá qiedar bien haciendo todo lo que tiene que hacer, como por los comentarios positivos en casa que ella oirá y compartirá sobre esa profe y esa asignatura. Hay momentos en que tod@s ganan. Eso es complicidad y saber hacer,sí señora.
Complicidad y conexión con l@s posibles lector@s como nosotr@s. Al leerla, una sonrisa surge espontánea de nuestros labios.
Hoy es tu día! Es el día internacional de la felicidad.
Cuando las Naciones Unidas establecen un «Día Internacional de…» lo que sea, es que hace falta que las personas piensen, por un día, que aquello es importante. Es como que lo tienes ahí, para irlo pensando durante todo el día. Quizá salga en una conversación, quizá no…
La felicidad está poco valorada, se ve como un imposible que está muy lejos de la realidad, pero el hecho de que cuantifiquen la felicidad en un estudio anual parece que la hacen más «real», o más tangible.
En lo que se refiere a nosotros, en Catalunya no la miden, en España sí. En el ranking de países felices, España está en el 36. Pero es curioso, que en percepción de corrupción estamos muy arriba, y hemos bajado un 0,2% en la percepción de felicidad, aunque menos que otros países europeos como Grecia, casi un 0,6%; o Italia, casi un 0,5%.
Creemos que en España tratamos mucho mejor a las personas migradas que en los Estados Unidos, en cambio en la percepción de felicidad de esas personas. Los Estados Unidos están en el puesto 15 y España, en el 36. Eso nos tiene que hacer pensar algunas cosas. Y no es cuestión de juzgarse y estár tiempo lamentándose, sino de actuar. Aceptar y actuar en consecuencia.
Se podría seguir analizando, es un informe largo, si queréis el enlace está aquí.
De momento, felicidades!! Es el día de la felicidad, tu día, si tú quieres. Porque más allá de los rankings, la felicidad es ese estado de estar alegre, puedes trabajarlo. Hablamos?
Dentro de los 8 brazos del yoga, los más básicos (que no los menos importantes ni por ello fáciles de conseguir), son los Yamas y los Niyamas.
LOS YAMAS
Los Yamas son cinco, y se trata de comportamientos a evitar. Pero más que evitar, se trata de poderlos controlar y manejar con sabiduría y discernimiento. Si todavía no sabes si puedes, intenta seguirlos a rajatabla y poco a poco irás conociéndolos y conociéndote. Sigue leyendo «Yamas y Niyamas, la ética del Yoga»→
Bon dia. L’empatia en la comunicació és un pilar bàsic per a les bones relacions. Si l’altra persona està «borde» i nosaltres responem de manera «borde» li donem una raó per continuar sent «borde».
Un error comú és pensar que l’altra persona està enfadada amb nosaltres. Una manera de no contestar de mala manera automàticament és pensar que aquest matí algú l’ha escridassada o que quan era petita se sentia abandonada. Si la tractes amb amabilitat, pot representar un xoc mental i potser canvia la seva actitud. I si així i tot no ho fa, com a mínim hauràs fet que no t’afecti tant.
Si les actuacions són productes dels pensaments, si canviem els pensaments canviem els nostres actes, les nostres relacions amb els altres i el nostre entorn.
Sembla difícil canviar els pensaments, o dirigir-los, però això és pot treballar. Simplement, entrenament. Entrenant fem múscul i eliminem allò que ens sobra.
Hi ha tècniques de resignificació, de reformulació, de reenquadrament de PNL que poden ajudar, així com la meditació i el mindfulness.
Solemos escuchar con buena fe, aunque cuando alguien nos cuenta sus cosas, muchas veces decimos, con la mejor de las intenciones: «Pues a mí también me pasó algo parecido…»
A veces lo hacemos porque creemos que de esta manera la persona comprende que hemos entendido lo que nos contaba. También lo hacemos porque tenemos ganas de explicar lo nuestro, porque hoy en día nadie nos escucha y queremos hablar, o porque tenemos ganas de responder de manera rápida y veloz aquello que creemos que nos preguntaban, sin siquiera acabar de escuchar si lo que querían era nuestra opinión.
«No le concedas ás importancia a las cosas que a los valores humanos, a tu trabajo, a tu paz, a la belleza, a tu libertad, y en general, a todo cuanto vive». Dominique Loreau
El arte de simplificar la vida. Este libro es de aquellos que vale la pena. Esta edición de bolsillo está en Amazon y en Casa del Libro a menos de tres euros. Seguramente en tu librería de toda la vida también está a ese precio. Es de aquellos libros que vale la pena leer, para volver a colocar las cosas en su lugar. La autora, francesa, ha estado muchos años viviendo en Japón, y se nota, transmite mucho pensamiento zen a través del contenido del libro. Da consejos sobre belleza, orden y limpieza del cuerpo, de la casa… realmente es un libro que está en consonancia con llegar a la esencia de uno mismo o una misma, descubrir la autenticidad. Y realmente, lo esencial, aquello de lo que no podemos prescindir, es lo más sencillo.
El libro está dividido en tres partes, la primera es la más larga, sobre tu propia simplificación, ser una misma (el libro se dirige a las mujeres, pero estoy convencida de que muchos hombres también se sentirán identificados), hacer listas, bjscar la transarencia, la importancia de los gestos, el sueño, el agua, los baños de aire, el moverse y hacer deporte, la disciplina, tener buena relación con nuestra alimentación, cultivar el espíritu con pensamientos positivos, el silencio… Y la visualización, así como las afirmaciones. Es un buen libro de coaching personal, si vas cumpliendo las cuestiones que estén en consonancia con lo que tú realmente piensas, aunque sean pocas cosas, seguro que notarás cambios en tu vida.
La segunda parte está dedicada a nuestra relación con l@s demás, decir que no, afirmar nuestra personalidad, escuchar, no juzgar, perdonar… Sabios consejos.
Y la tercera parte la dedica al cambio, que si realmente hemos practicado lo anterior, se dará prácticamente automáticamente, dando importancia a la risa, a la autenticidad, y a cultivar la energía (Ki, según su tradición japonesa).
¿Cuántas veces te has mordido la lengua, y has acabado diciendo que sí cuando en tu interior querías decir que no? «Decir que no» te aporta autoestima. Incluso podría decir que es al revés: la buena autoestima te lleva a saber decir que no. Y es que es importante no confucir ser descortés con decir que no. Precisamente al contrario.