En San Sebastián me dado cuenta de una cosa muy importante: la administración tiene que darse cuenta de lo importante que es el tener un espacio ciudadano individual, simplemente para la contemplación. Delante de la playa de la Kontxa, en una calle que se eleva, hay unos bancos preciosos, hechos de hierro forjado pintados de blanco.
Cada 30 metros aproximadamente había uno, separado de la línea de la acera, adentrado hacia el mar, en una especie de balcón, también de hierro forjado pintado de blanco, que ofrece intimidad y glamour a la vez. Un espacio ideal para sentarse a meditar. A no hacer nada. A observar. Frente al mar. Frente a la playa de la Kontxa. Una verdadera maravilla, que cuando la contemplas no puedes más que estar agradecida de tener ojos, oídos, y todos los sentidos que se activan cuando te sientas ahí y observas.
Me imagino que hace más de un siglo, cuando los hicieron, seguramente alguien ya se había sentado allí. Para otear pero también para admirar aquella belleza.
La contemplación es uno de los bienes escasos y necesarios de nuestra sociedad. Dedicar un tiempo y un espacio ciudadanos y poner al alcance mobiliario urbano para sentarse contemplar es fundamental para nosotros en la sociedad del Siglo XXI.
Menos estrés y más conexión con cada un@ de nosotr@s.
Para tomar nota.
Eva Donat - Ahimsa Research Institute 