En la naturaleza no hay premios ni castigos. Hay consecuencias. Cuando repites una actuación una vez tras otra y otra y otra… Aquello se vuelve un hábito y eso crea una manera de ser una manera de hacer que ya va creando sus frutos.
Cuando notamos que algunas cosas que realizamos pueden tener consecuencias negativas para nosotros, puede ser muy útil intentar cambiarlas.
Darse cuenta es lo más importante.
Pero igual de importante es no encallarse en los juicios personales y aceptar lo que hemos hecho como una opción que nos parecía válida hasta ese momento.
Con la programación neurolingüística e incluso con hipnosis ericksoniana podemos cambiar anclajes negativos de nuestra vida y sustituirlos por otros nuevos que no son mucho más útiles.
Conformarse con las cosas o las acciones que no nos traen felicidad, no nos deja mejorar.
El inconformismo positivo, o sea, ir a buscar una opción mejor todavía, una opción excelente, hace que no nos quedemos anclados en una manera de hacer «porque yo he sido así siempre», y busquemos mejorar.
Una mala acción repetida y repetida se vuelve una rémora, que puede llegar tener consecuencias graves, como fumar, comer mal o no moverse. En cambio podemos repetir nuevas acciones que al principio nos pueden parecer forzadas, pero si las incluimos en nuestro sistema de vida a través de la repetición y de los anclajes positivos esa acción se irá perpetuando y la encontraremos normal al cabo de poco tiempo. Dicen que más o menos se tarda 21 días en incorporar un nuevo hábito. Hay quien dice que son más de 21 días, que son 30, pero, sea como sea, repetir y repetir y repetir es lo que ha hecho que aprendamos a hacer de manera natural e interiorizada cosas como lavarnos los dientes o incluso hablar.
Quieres cambiar hábitos?