
Llevamos una vida de prisas. Nos movemos con prisas, vivimos con prisas, trabajamos con prisas y comemos con prisas. Eso puede llevarnos a comer de manera desajustada. Algunas personas comen demasiado poco, y otras muchas comen demasiado, viviendo cada día alejadas de la importancia del hecho de comer. Perdemos la noción de cuándo realmente tenemos hambre, y nos perdemos el poder apreciar los colores, texturas y sabores de la comida en toda su extensión, y a menudo no sabemos parar. Recuperar la consciencia nos permitirá volver a establecer una relación de relajación con la comida, respetándonos como personas, aceptándonos como seres humanos, eliminando todo sentimiento de culpa y comiendo exactamente lo que necesitamos, tal como hace cualquier animal de la naturaleza. Así, naturalmente, priorizaremos alimentos frescos y naturales, sin obsesiones. No hay dietas. Hay consciencia.
Nuevo taller de Mindful Eating: Viernes 2 de febrero, 19h. Sanament. Hablamos?